Se ha hecho tardía,
extensa la espera e insaciables las ganas, pero como cada año y casi sin que
nos demos cuenta, de nuevo esta aquí la Cuaresma. Ese tiempo de reflexión que
nos llevará inequívocamente a la pasión, muerte y resurrección de nuestro
Salvador, nuestro Señor Jesucristo. Y como desde hace un par de años, el blog “Esencias
Cofrades” les trae este tiempo de espera en forma de cartel. Este año contamos
con la extraordinaria colaboración de Joaquín de Velasco, que nos deleitará con
unas bellas palabras. Sin más, disfruten de lo que se avecina, reflexionen
sobre su yo interior y dispónganse a vivir la mayor manifestación de nuestra
fe; La Semana Santa.
"Entre
el recuerdo y la premonición"
El día en que comienza
la preparación. El día del recuerdo de que polvo somos. El día de la llamada a
la conversión, y a creer en el Evangelio, Esencias
Cofrades nos propone esta bellísima imagen como particular anuncio de lo
inminente.
La bellísima imagen de
Nuestro Padre Jesús de las Penas se recorta airosa, en la delantera de su paso
de misterio, regresando de la Catedral por la calle Judería en una madrugada
mágica: La que siguió a aquella calurosa noche en las cofradías cordobesas
mostraron orgullosas su fe ante Andalucía y España entera, a los pies de una
ciudad rendida que proclamaba a los
cuatro vientos su carácter profundamente cofrade.
Con la misma alegre naturalidad con que la hermandad de la Esperanza realiza su pública catequesis cada Domingo de
Ramos por el Realejo o Santa Marina, encaminó sus pasos en septiembre hacia la
Santa Iglesia Catedral, sede y cátedra del pastor, y símbolo de la unión
eclesial de la diócesis de Córdoba. Lo hizo, como otras muchas cofradías, para manifestar ante una ingente cantidad de
personas que aguardaban expectantes, que
las hermandades son Iglesia, y que proclaman abiertamente su fe mediante el
lenguaje más popular y a la vez más elevado: el del arte.
Del recuerdo de esa
maravillosa madrugada estival quedó, para los cofrades cordobeses, la firme
sensación de que el camino natural de una hermandad llevaba invariablemente al
templo mayor. Quedó la imborrable imagen de veneradas devociones que poblaban
el bosque de columnas catedralicio. Quedó la entrega de una ciudad a sus
cofradías, y de unas cofradías a su ciudad. Quedó el dulce sabor del incienso y
de la gloria, en los paladares de los miles de visitantes. Quedó el saber hacer
de sus hermandades. Y quedó, para firme recuerdo de los que vivimos el Vía
Crucis Magno por el año de la Fe, y para testimonio de los que no tuvieron
ocasión de hacerlo, la maravillosa estampa que nos regala el blog Esencias Cofrades.
Ojalá, en breve, la
datación de esta hermosa foto pueda resultar incierta. Ojalá se transforme en
inmutable lo que fue reflejo de un momento excepcional. Ojalá pronto
contemplemos el poderoso andar del misterio de San Andrés, y la exultante y
contagiosa alegría del palio de la Esperanza, volviendo de la Santa iglesia Catedral
cada Domingo de Ramos. Y con ellos, a la totalidad de hermandades cordobesas,
en una muestra de su incuestionable carácter de movimiento de Iglesia.
Si así lo hacemos los
cofrades, que Dios nos lo premie. Y si no, que nos lo demande con Misericordia.
Joaquín de Velasco
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