Otra de la hermandades que realizaron su estación de penitencia, aunque con sendos retoques en su recorrido, fue la del Cristo de Burgos. Una cofradía muy gustosa de ver y de aires románticos. Especialmente destacable es su regreso por las calles completamente a oscuras, donde la única iluminación es la de la cera. Momentos difíciles de explicar con palabras. Los acompañamientos musicales corrieron a cargo de la Escolanía Salesiana Mª Auxiliadora, de Sevilla y un trío de capilla tras el paso del Stmo. Cristo de Burgos, y la Banda de Música del Maestro Tejera, de Sevilla, tras el paso de palio de Madre de Dios de la Palma.
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