"Un año para vivir una semana; Una semana para vivir todo un año"
Una vez más, y sin ser muy conscientes aun de lo que hemos dejado atrás, ha pasado una nueva Semana Santa. Una semana, que en lo climatológico no ha sido de lo más satisfactoria, pero que aun así, nos deja ese gusto, esa dulce miel en nuestros paladares que viene a calmar la sed de toda una eterna espera. La Pasión, Muerte y Resurección de nuestro Señor Jesucristo volvió a llenar los rincones de la bella Andalucía, dotando de una teatralidad inexplicable todos sus entornos. La pasión desmedida de un pueblo. Comenzamos esta semana con la Hermandad de las Penas de Santiago.
Se respiraba cierta incertidumbre en los minutos previos a su salida, pues había previstas una serie de precipitaciones en ese intervalo horario, llegando a hacerse presentes con el paso del Stmo. Cristo ya en las calles, pero que la hermandad, en una ardua valentía, supo digerir y aguantar. El público cordobés y su barrio de Santiago estallaba en alegría con la popular Hermandad de la antigua calle Sol. El paso de Cristo en su habitual escena del calvario, y en el paso de palio, una inmensa y preciosa Virgen de la Concepción. Los acompañamientos musicales, corrieron a cargo de Agrupación Musical “María Inmaculada”, de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) tras el paso de Misterio de Ntro. Padre Jesús de las Penas y la Banda de Música “María Inmaculada”, de Linares (Jaén) tras el paso de palio de María Stma. de la Concepción.
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