Enconte en ti mi auxilio.... encontré en ti la piedad que mi ser nunca tuvo... divino señor.... porque al ver tus manos prendidas ... al mirar tus ojos apenados... siento como desatas la inmensa tranquilidad en mi alma. Mirarte una y otra vez incansable en tu capilla... día a día... semana a semana.... mes a mes....y tú me sigues ayudando.... apoyando... en mis buenos y malos ratos... en la felicidad y en el llanto... Tu que un día fuistes el pilar a partir del cual reconstruí una vida... esta mi vida... que un día lo perdió todo y tú la llenaste... alimentastes mi corazon desolado.....
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