Como si de un viejo hechizo se tratase, la ciudad renace de su letargo por primavera. Las calles toman su más noble sentido para dar cobijo a la pasión más grande jamás contada. Y como ya viene siendo habitual, la encargada de inagurar este periódo no es otra que la peculiar Hermandad Universitaria. Partía su cortejo a eso de las 21:00 horas de la noche desde la iglesia del Juramento, sede actual de la corporación desde que el año pasado se viese obligada a abandonar su antigua sede. Numeroso público se agolpaba a las puertas para presenciar el discurrir del Stmo. de la Universidad y Ntra. Señora de la Presentación. La cofradía ha tenido a bien mantener su estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral, regresando posteriormente por bellos rincones de nuestra ciudad. Comienza la pasión de una ciudad, que aunque a veces no lo manifieste lo suficiente, va unido intrínsecamente a sus raíces.
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