Al otro lado del río también había otra Esperanza, en este caso la de Triana. La señora lucía espléndida en altar mayor de la iglesia de Santa Ana, siendo venerada en solemne besamanos por todos sus hermanos y devotos. Como dice el lema que lleva inscrito en la saya estrenada para el XXV aniversario de su coronación, "..Vita Dulcedo Et Spes Nostra Salve.."
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